La historia a distancia de David y Victoria Beckham
Antes de convertirse en la power couple más elegante del Reino Unido, David y Victoria Beckham vivieron un amor que se puso a prueba entre estadios de fútbol, escenarios pop y maletas a medio hacer.
Todo comenzó en 1997, cuando David, entonces una estrella en ascenso del Manchester United, vio a Victoria Adams —sí, la “Posh Spice” de las Spice Girls— en la televisión. Y como todo romántico moderno, le dijo a su compañero: “Esa chica va a ser mía.” (Sí, Beckham también tuvo su fase fan.)
Se conocieron oficialmente después de un partido, intercambiaron números, y desde ahí empezó una historia con más vuelos que un piloto de British Airways.
Victoria estaba en plena gira mundial con las Spice Girls. Un día en Japón, al siguiente en Nueva York. David, por su parte, tenía entrenamientos, partidos, concentraciones y una estricta rutina con los “Red Devils”. Y claro, todo eso sin WhatsApp ni videollamadas. ¡La cosa era por teléfono fijo y mensajes escritos a mano! (David guarda aún muchas de esas cartas).
Pero lejos de separarlos, la distancia los volvió más creativos. Victoria volaba para verlo apenas podía (a veces solo por unas horas) y David llenaba sus días escribiéndole notas que terminaban pegadas en la nevera o escondidas en su bolso.
La prensa no les dio tregua, pero ellos iban a lo suyo. Se casaron en 1999, en una ceremonia llena de glamour y tronos (sí, TRONOS) en un castillo irlandés. Desde entonces, han sobrevivido mudanzas internacionales, rumores y cuatro hijos con nombres cool, todo con ese toque Beckham: elegantes, sólidos y con estilo.
¿Y la distancia? Volvió más fuerte su complicidad. Porque cuando el amor es real, ni los cambios de huso horario, ni los paparazzis lo detienen.
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